siempre que se acerca por Barcelona, ElPez me lleva a cumplir
uno de sus ritos obligados (ya le van conociendo, supongo,
porque no para de declararse en sus
escritos; imagínense
lo que es convivir con él...)
consiste éste en acercarse por el mercado de la Boquería,
en las ramblas, y pasarse por el puesto de Llorenç Petràs,
el hombre de las setas, toda una institución
decía de él Ferran Adriá: "Llorenç es la persona que ha
conseguido que mucha gente llegue a conocer e incluso a
amar el mundo de las setas, y la que ha introducido en nuestra
gastronomía especies que antes desconocíamos":
y es cierto, el libro de Petràs en la cocina de ElPez es
uno de los más usados; aparte de eso, el hombre es
un dechado de conocimientos y dulzura, como todos los
grandullones es encantador
y el ojo se vuelve loco paseándose por tantas especies
primorosamente colocadas en el puesto del mercado
yo me quedaba mirando por ver si salía algún gnomo
de uno de esos enormes boletos
y la otra vez descubrí que también tenía otros frutos del
bosque, que el puesto era realmente un pedazo de bosque todo
para los clientes en medio de un mercado maravilloso